Júpiter: el gigante gaseoso del sistema solar

Júpiter es el planeta más grande de nuestro sistema solar y el quinto en orden de lejanía al Sol.  

Su nombre proviene del dios romano Júpiter (Zeus en la mitología griega), el rey de los dioses.  Júpiter es un gigante gaseoso que no tiene una superficie sólida, sino una atmósfera muy densa compuesta principalmente por hidrógeno y helio.  En su interior, puede haber un núcleo sólido de aproximadamente el tamaño de la Tierra. 



Júpiter es famoso por sus rayas de nubes arremolinadas que forman bandas y zonas de diferentes colores y temperaturas.  Entre ellas destaca la Gran Mancha Roja, una enorme tormenta que lleva cientos de años activa y que es más grande que la Tierra. Júpiter también tiene otras tormentas más pequeñas, como la Pequeña Mancha Roja o el Óvalo Blanco. 

Júpiter tiene un poderoso campo magnético que genera una magnetosfera que protege al planeta de las partículas solares. Esta magnetosfera también interactúa con las lunas y los anillos de Júpiter, creando fenómenos como las auroras boreales y australes. 

Júpiter tiene 80 lunas confirmadas, algunas de las cuales son muy interesantes desde el punto de vista científico. Las cuatro más grandes se llaman Io, Europa, Ganímedes y Calisto, y se conocen como satélites galileanos porque fueron descubiertos por Galileo Galilei en 1610. Io es el cuerpo más volcánico del sistema solar, Europa tiene un océano subterráneo que podría albergar vida, Ganímedes es la luna más grande del sistema solar y tiene su propio campo magnético, y Calisto es el objeto más antiguo y craterizado del sistema solar. 



Júpiter también tiene un sistema de anillos muy tenue que fue descubierto en 1979 por la sonda Voyager 1.  

Estos anillos están formados por partículas de polvo y hielo que provienen de las lunas interiores de Júpiter. El anillo principal rodea al planeta a una distancia de unos 129.000 km, y se extiende hasta unos 30.000 km hacia adentro y unos 15.000 km hacia afuera.  Dentro del anillo principal hay otros dos anillos más estrechos: El anillo halo y el anillo gossamer. 

Júpiter se formó hace unos 4.500 millones de años a partir del disco protoplanetario que rodeaba al Sol. Debido a su gran masa, Júpiter pudo capturar gran parte del gas y el polvo que había en su órbita, lo que le dio su enorme tamaño y su composición gaseosa.  Júpiter también influyó en la formación de los demás planetas, especialmente los terrestres, ya que su gravedad alteró sus órbitas y evitó que se fusionaran entre sí o con él. 

Júpiter ha sido explorado por varias misiones espaciales desde los años 70 hasta la actualidad. Las primeras fueron las sondas Pioneer 10 y 11, que sobrevolaron el planeta en 1973 y 1974 respectivamente.  Luego vinieron las sondas Voyager 1 y 2, que pasaron cerca de Júpiter en 1979 y tomaron imágenes espectaculares de sus lunas y anillos. En 1995, la sonda Galileo entró en órbita alrededor de Júpiter y estudió el planeta y sus satélites durante ocho años, hasta que se estrelló contra él en 2003.  Otras misiones que han visitado Júpiter son Cassini, que lo sobrevoló en 2000 camino a Saturno, New Horizons, que lo hizo en 2007 rumbo a Plutón, y Juno, que está en órbita desde 2016 y que investiga el interior, la atmósfera y la magnetosfera de Júpiter. 

Júpiter es un planeta fascinante que nos revela muchos secretos sobre el origen y la evolución de nuestro sistema solar. También nos muestra la diversidad y la belleza de los mundos que lo acompañan, algunos de los cuales podrían albergar formas de vida desconocidas. 

Júpiter es, sin duda, un gigante gaseoso que merece la pena conocer.

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